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No me considero una persona
carismática en el sentido religioso de la palabra, ni aun en el sentido más
terrenal, por tal no profeso poseer esa virtud desde mi concepción como
individuo, más bien creo que cualquier destello de esta cualidad se debe a
actitudes aprendidas como herramientas para sobrevivir y luego puestas en
práctica para sobresalir, en cualquiera de los casos durante mi estadía en la
India, en varios momentos muchas personas lograron percibirme de esta forma.
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De salida de la estación del metro un perrito callejero se enamoró de mi cámara y por supuesto del lente |
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La tristeza inmersa en la mayoría de los animales era un punto común, sin embargo no dejaban de parecerme atractivos |
Quiero comenzar esta sección comentando esto, ya que en contraste siempre me
pareció que los habitantes de este país tenían una especial capacidad para
atraer o fascinar a los extranjeros, dentro de los que me incluyo, pero ellos
tenían la percepción que ocurría lo contrario.
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Era imposible no sentir admiración y pena por los animales quienes eran esclavos del sistema |
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Sin importar lo majestuoso que fueran, eran opacados por las costumbres lugareñas |
En los días que pude mantener
conversaciones y hacer amigos de ese país, ellos mostraban una especial fascinación
por mi cultura y todo lo referente a lo que yo representaba y las elecciones
que durante mi vida había hecho, al punto de llevarme a aventurarme en un país
al otro lado del mundo y más allá de fascinarme por su costumbres y por cada
una de las actividades que en esa lado del mundo son cotidianas. Mi manera de
tratar al entorno, la entonación de mi pronunciación y lo cálido que para ellos
en ciertos momentos llegaba a ser, era una muestra de carisma indudable que
debía ser retribuido por aquellos con los que yo tenía contacto.
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Los parques como el Lodhi Garden, poseían un colorido especial |
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La calidez de los colores y el agradable espacio me recordaba a mi natal Venezuela |
Era muy común escuchar frases
como el karma es una ley cósmica de retribución, o de causa y efecto. Sin
embargo, desde mi conversión al cristianismo, he creído que lo que encontramos
en el segundo libro de Corintios en su capítulo nueve desde el verso seis hasta
el siete, el cual cito textual “Recuerden esto: El que siembra escasamente,
escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni
por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.” se hace entonces extensivo
a nuestras acciones y de aquello que damos, eso exactamente recibiremos.
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Comprar manies e ir a los lugares de ventas de comida callejera, representaba un reto para mi, pues mi estomago no estaba acostumbrado a ello |
Partiendo de allí creo que mi
entorno ayudó a mostrar mi faceta más carismática y proyectar esta cualidad que
raramente concibo como parte de mí. Era esa muestra simpatía constante por
parte de cada uno de los que me rodeaba que me pedía estar a la altura de la
compañía y desde mi perspectiva me movía mas el hecho de ser reciproco que realmente
ser cálido. Pero nuevamente tuve la revelación que Dios se encarga de ponerte
en el camino correcto, con el entorno y medio correcto para hacerte entender lo
que desea que aprendas y ejerzas en tu vida diaria, no importa cuánto tiempo
tome o los medios que deba usar, él va a obrar siempre a tu favor para
mostrarte que las virtudes humanas son incontables y por eso aún está vigente
su amor por cada ser humano, así espero revivas el CARISMA de la india en cada
una de estas fotos.
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Me llamaba la atención lo libre que vivían las aves, podían volar de un lugar a otro y la variedad de las especies era asombrosa |
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La plaza del grito, tenia una grandiosa historia de amor, que requirió un grito para ser inmortalizada en la ciudad de Shimla |
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Increiblemente los novios podían tener catorce años y estar preparados para asumir el reto de casarse |
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